Muchos son los nombres que se le otorgan a la fuerza contraria a Dios, todo comenzó cuando un ángel muy poderoso y bello empezó a cuestionarse ¿por qué él no podía crear vida y otros mundos como dios lo hacía? Cansado de estar bajo las ordenes de su creador, decidió convencer a un tercio de ángeles para que se le uniera y a si dar inicio a una rebelión en el cielo que terminaría como una lucha extenuante entre dos bandos. Como resultando de esta rencilla, el equipo victorioso fue el azul conservando su lugar en el cielo cerca de su creador, mientras que el equipo rojo fue desterrado hacia los abrazadores infiernos, donde Lucifer estrella de la mañana fue nombrado como rey y señor de aquellas tierras por el poder que aún conservaba y sus hermanos ángeles que lo acompañaban ahora se habían convertido en demonios. Desde la creación de la tierra la rencilla entre el bien y el mal ha existido, los ángeles al ser servidores leales a su creador, buscaran siempre el bienestar de la humanidad, siendo guías espirituales para los humanos en la tierra y así guiarlos al camino del bien, sin embargo los demonios buscaran que esa tarea no sea fácil para sus antiguos hermanos, la fuerza del mal siempre estará presente en la tierra para invitar al ser humano a pecar y dirigir a estos seres a su perdición. En esta ocasión la lucha del siglo y todo el peso del bienestar de la humanidad caen en la espalda del arcángel Ariel quien tras pelear arduamente con demonio Dialu, llegan a un acuerdo en común, el objetivo enamorar a un joven humano, el primero que logre hacerlo será el ganador de aquella apuesta, el vencedor tendrá derecho a reclamar las alas de Ariel o los cuernos de Dialu como premio simbólico, con esto su estadía en los cielos y en los infiernos estarán también en juego y como premio principal el bienestar y existencia de la humanidad.