Corría tanto como mis piernas podían, vi un héroe, le pedí ayuda, ¿que hizo? Me entregó. Me entregó al hombre que hizo los primeros años de mi vida un infierno, logré soltarme y volví a correr. Choque con algo, no, con alguien. Espere el golpe con el duro suelo pero nunca llegó, sentí que una mano agarro mi muñeca y me atrajo hacia él. "No te preocupes" logré oír unos pasos y una voz que reconocí "Eri, ven, debemos regresa-" se escuchó un golpe en seco "Ya no podrá hacerte más daño".
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