SECUELA DE ''DESTRUCCIÓN'' ''El dorado de su iris luce despiadado, la sangre que salpica en su rostro y alas la hacen ver más siniestra, más aguerrida, más letal... En medio de la brisa, y de toda la tempestad, nuestros ojos se encuentran, y el vacío que me recibe, trae junto consigo una oleada cargada de rencor y odio del más puro. Porque ahora, cuando me mira, solo veo el recordatorio constante de que todo lo que es ahora, todo el dolor en su interior, es todo lo que he creado. Que he sido yo quién la arrastró hacía la perdición de sí misma, y que traerla de vuelta no va a ser fácil...''