¿Qué se supone que haces cuando todo lo que conoces como vida se acaba? Fácil... sigues adelante, te dedicas a hacer la vista gorda ante todo lo que recuerdas que te hacía bien, o creías que te hacía bien, porque es más sencillo, porque nada de lo que uno hace sirve para mitigar el dolor, porque si, porque es menos patético y porque no se puede pasar uno la vida quejándose. Al menos eso era lo que le había enseñado su madre cuando empezó a crecer y sufrió una de sus primeras pérdidas en la vida al morir su conejo.