el agotador crujido del invierno se colaba por la madera de la casa, junto con una extraordinaria leyenda que rondaba por las tierras distantes, pasaba por las colinas, entre los arboles congelados y se transmitía con una vibra de tinieblas que solo wolf heuvels podía aportar, los dos niños curiosos que escuchaban atentos dicha leyenda y entre ellos se imaginaban el desenlace antes de que fuera contado. pero las historias se hacen realidad y las leyendas vuelven tarde o temprano.