Desperté. No tenía idea de lo que sucedía, me sentí aterrada. Estaba sola en un lugar oscuro y maloliente. Comencé a caminar tocando las ásperas paredes hasta que encontré una tecla. Era la de la luz. La encendí y pude darme cuenta de que el garage en el que me hallaba era el de mi casa. Me acerqué a la puerta de madera para entrar a la casa pero me encontré con que estaba trabada. Observé la mesa de trabajo buscando algo para abrir la puerta...