"Todos debemos una muerte a nuestra vida".
Me encantaría escribir acerca del amor o de la parte positiva de la vida, pero una vez leí que "un escritor es la suma de sus experiencias" Y qué os digo que no he vivido nada parecido al amor o el lado positivo de la vida.
Nunca he visto al amor de cerca, siempre me tocó divisarlo de lejos.
Pues leyeron bien estoy devolviendo aquello que otros consideran regalo, mi psicóloga quien se convirtió en mi mejor amiga no me saca de "cobarde" por haberlo intentado. Pues se podría decir, que quería que sean intentos ya que solo buscaba un poco de atención de mi padre. Pero ello solo trajo más problemas y más horas de terapia para mi.
No creo que el suicidarte te convierta en un cobarde, en mi experiencia y en lo poco que se para mi; es todo lo contrario es sinónimo de valentía, de solo querer tener paz, y qué precio estás dispuesto a pagar por ella.
ya que no sabes después de ello qué sucederá contigo, A donde irás, si es peor que estar viva. Pero ¿que puede ser peor que esto?
A pesar de todo nunca he perdido la esperanza en que llegue alguien a salvarme, todos necesitamos ser salvados, pero nunca nadie llegó.
La esperanza puede ser peligrosa para una chica como yo
Según mi padre llegaría a cometer un pecado si es que algún día mis intentos de suicidio, dejan de ser intentos. Que hipócrita suena viniendo sobre todo de el.
Dios más que nadie sabe que lo intente, intente vivir.
Tal vez el suicidio sea genético.
( la historia tiene un montón de errores ortográficos, es el primer vistazo a la pequeña historia que he tenido en mente)
Es una historia LGTB, así que si no es de tú agrado, podes retirarte :)