-Ey... voy a estar bien... -le dijo él con una sonrisa angustiante, ese brilló en sus ojos azules pocas veces Lorraine lo había visto, y esta vez estaba segura de que el miedo lo estaba consumiendo-... te lo prometo.
Las lágrimas caían y caían y caían por las mejillas de la muchacha, nada de lo que él dijera la dejaría más tranquila.
-Si te mueres, te resucito solo para volver a matarte yo misma -y no lo decía en juego, Lorraine hablaba muy enserio.
Él rió casi en un murmullo, sentía el pésame en su estómago, no quería dejarla, pero era lo que debía hacer.
-Siempre tan terca... -mordió su labio entre enamorado y frustrado, así siempre lo mantenía ella-. ¿Quieres cerrar la boca por un segundo y besarme?
Lorraine sonrió, sus ojos viajaron hasta sus labios y no pudo evitar sentir aquella sensación de caída libre en su estómago. Siempre sentiría lo mismo, desde el primer al último día.
-Yo no voy a besarte -negó la muchacha con una sonrisa, y aunque solía siempre ser la iniciativa, esta vez lo preferís al revés.
-Como quieras... -él estaba por marcharse, pero Lorraine no lo dejo así, corrió hasta él y al voltearlo le saltó encima para besar aquellos deseables labios.
Era su despedida.
| 11 de Mayo del 2020 |