Tal vez si no hubiese estado tan encerrada en mi dolor y desesperación, hubiese sido capaz de ver sus verdaderas intenciones. Tal vez si no hubiese sido cegada por su belleza y oscuridad, hubiese captado la realidad de su naturaleza. Pero algo en mí, tal vez era mí subconsciente hablando, o tal vez era mi corazón; quizá se lo podía atribuir a mis entrañas que nunca se equivocaban. Simplemente algo en mí me decía que a pesar de haber notado con anterioridad todo lo que estaba mal con él, el resultado hubiese sido el mismo. Estaría hoy, aquí, yaciendo en la profunda oscuridad que me había ocasionado enamorarme de un ángel caído, enamorarme de un alma oscura, enamorarme de un demonio. enamorarme de Evan.