—Creo que te quiero. —Temo que no sé que es ese sentimiento, Skye –me miró temeroso–. ¿Cómo es? —Bueno, se llama amor. Te falta la respiración cuando estás con ésta persona. Sientes cosquillas acá –le expliqué pacientemente y señalé mi abdomen. Se quedó helado. —¿También sientes como que no importa nadie más? ¿Que sólo con estar con ésta persona, tienes el mundo entero? –me preguntó con los ojos muy abiertos. Asentí con sigilo. —Vaya... indica que te quiero. Y temo que en exceso.