La oscura y fría noche es el mejor momento para reflexionar acerca de nuestra diminuta existencia en este pañuelo llamado hogar. Las reflexiones nocturnas son el mejor reflejo de nuestros más tétricos pensamientos convertidos en pesadillas, tristezas que no nos permiten dormir, conceptos que nos vuelan la mente, conspiraciones que hacen temblar, y análisis que hacen llorar. Cada día, afrontamos nuestras vidas con la cara que cada uno decide ponerle a sus situaciones cotidianas, sin embargo, en el atardecer, al llegar a casa, todos caen en la soledad de su ser: algunas almas sedientas de amor, y otras de razón, lo que sea que requieran para no desfallecer. VALERIA MARTÍNEZ. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS, SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN PARCIAL O TOTAL.