Vivimos en un mundo que no sabemos si soñamos o deseamos Podrás verme sin ojos, hablarme sin boca e incluso acariciarme sin manos, pero lo que no sientas de corazón ni lo veas, ni lo digas ni lo toques. Y de pronto nuestras miradas se cruzaron y nuestros sentimientos cambiaron. Pasamos del amor al odio en tan solo un segundo. A pesar de cada bache en mi camino sigo con la cabeza bien alta, no quiero que se me caiga la corona. El tunel oscuro terminó y salgo más contenta y fuerte de como entré.