Raquel encontró gran diversión al descubrir que su compañera de habitación esconde un secreto, pero se ha dado cuenta de que está detrás de algo muy gordo, y piensa averiguar qué es. Alicia lo tenía todo controlado, sabía bien lo que hacía y sabía cómo protegerse. Lo que no sabía era cómo lidiar con Raquel, que no paraba de seguirla y de acosarla, arriesgándolo todo, y no podía permitírselo. La tensión aumentará progresivamente entre ambas, a cada día que pasa, un nuevo encontronazo. Como el gato y el ratón, siempre una detrás de la otra, hasta que acaben por pillarse.