Existen estrellas grandes, que dedican toda su vida a alumbrar el firmamento eclipsando a las más pequeñas, que por mucho que lo intenten, no llegan a formar un pequeño cerco a su alrededor de hermosa luz estelar...
Muchas veces tendemos a pensar que esas pequeñas estrellas son indiferentes, que no llegaran a nada y que encima debemos recordarles todo el rato que son eso, pequeñas estrellas; pero, no las subestimemos.
Cuanto más peso tengas, más duro es el golpe en la caída, y cuanto más arriba nos elevemos y más grandes y brillantes nos veamos, posiblemente, cuando llegue el momento en el que ya no seamos tan estelares nos sentiremos peor que nunca, sin embargo, esa pequeña estrella crecerá y crecerá, hasta hacerse la más bonita del firmamento.
Pero ella no es como las otras, ella no presumirá de su nueva situación frente a ti.
Ahora es momento de planteártelo ¿Eres grande o pequeña estrella?
Yo me hice la misma pregunta años atrás, y descubrí que siempre seria pequeña estrella.
Helena Wallace
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?