Después de perder a su madre, Harry se embarca en un aventura por todo el mundo. Sin embargo, siente que no pertenece a ninguno de los sitios a los que viaja, lo que hace que cada 3 meses vuelva a hacer las maletas y buscar un nuevo destino. Es esa isla griega y esos ojos azules los que llaman por completo su atención. Grecia y Louis.