Robyn se despertó de nuevo, gritando.
Un dolor punzante en el pecho la había despertado, el mismo lugar en el que la habían apuñalado en su sueño. Respiro profundamente un par de veces y se llevó las manos a la cara, tratando de despejar su mente.
Con un suspiro se levantó de la cama, su reloj marcaba las 3:00 a.m. y un viento helado atravesó su habitación. Ella volteo hacia la ventana, estaba abierta. Se quedó parada un momento, recordando que ella la había cerrado antes de acostarse, camino hacia la ventana de su dormitorio y echo un vistazo afuera.
El patio de los dormitorios estaba casi en completa oscuridad, iluminado por unas cuantas farolas, no había nadie afuera... O sí.
En medio de la plaza había una figura parada, mirando hacia su ventana. Los vellos de la nuca se le erizaron y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Sabía que la miraba, podía sentirlo. Aquel extraño en la noche estaba mirándola fijamente.
Cerró la ventana y las cortinas rápidamente, casi arrancándolas. Su corazón latía rápidamente.
¿Quién la vigilaba?
Afuera, el hombre sonrió al ver a la chica asustada.
La había encontrado nuevamente y esta vez iba a amarlo... O moriría otra vez.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...