"Si no vas amar sus demonios ¿para qué quieres entrar en su infierno?" -Ten cuidado con ella hermano -dijo sin siquiera mirarme-. He visto a esa mujer destrozada, levantarse desde lo más bajo y como una reina, tomar todo lo que quiere con una simple sonrisa. Es un jodido problema. -¿Temes que pueda lastimarla? -No creo que puedan lastimarla -una sonrisa apareció en su rostro y por fin me miró- ya esta lo suficientemente rota.