Alexa sabía que no podía ser egoísta, estaba al tanto de que estar cerca de ella afectaba a las personas, su actitud y su frialdad solo eran comprendidos por sus seres queridos, quienes compartían el mismo dolor de ella.
Su pasado la atormentaba y no quería arrastrar a nadie para que cargara con sus penas, con su culpa. No podía desahogarse, no podía decir todas esas cosas que recordaba cada vez que intentaba dormir, que la hacían sentir miserable y a la vez consumían cada pedazo de su alma.
Pero tras encontrarse con Ethan, mantener su ley de hielo no iba a ser tan fácil, y en ese encuentro, que resultó ser cualquier cosa menos amigable, la compostura de Alexa resultó con unos cuantos fallos y la curiosidad de Ethan incrementó bastantes puntos.