Auto estacionado

Al llegar a aquella parada de autobús solitaria esa mañana me dio la posibilidad de pensar en cómo quería verte a los ojos moria de miedo moría de ganas por sobre todo moría por perderme en lo profundo de tus ojos en esa mirada penetrante tuya, y te vi a través del parabrisas al llegar, a abrir la puerta y mi mente sólo despegó del suelo no supe en qué segundo te bese, correspondiste a ese beso mío guardado por años por la persona correcta.
sólo conduciste unos pocos kilómetros y estacionaste el auto allí frente al mar que sólo alteraba más mis demonios y sólo pude dejarme dorminar por ellos, de pronto estaba de frente a ti, comiéndote a besos sentía como se aceleraban nuestras respiraciones, tus manos sólo comenzaron a recorrerme con cada beso recorrías mi espalda, mis piernas y mis glúteos y en un segundo sólo dijiste al acariciar mis senos quiero probarlos mi mente poseída por aquel demonio de lujuria sólo se corrió aquel vestido de baño morado hacia los lados y tus manos apretaron mis senos los tocaste y tu boca los probaba, pero el deseo lleno todo el asiento bajaste el cierre de su pantalón y me senté en el, de espaldas hacia ti mis senos en el volante eran la estimulación que necesitaba para mover, mis caderas de arriba abajo en círculos, sentía como respirabas en mi espalda como con cada movimiento y con cada contracción pélvica reaccionabas con un suspiro, tomabas mi vientre lo contraídas hacia ti y suplicaba por favor detente no te muevas así, esas palabras fueron la chispa para mis hormonas, y esta vez de frente a ti me movía sin parar hasta que tu cara me dijo que estabas a punto de estallar, pero debía detenerme quería probar tu sabor con mi boca, y en dos ocasiones me deleite con ese sabor pero volvía cabalgarte y esta vez no me detendría quería sentir esa explosión tan fuerte que tú tienes, no podía sacar de mi mente aquel video donde tú semen pringaba hasta tu cuello, y pude sentir esa explosión esa