Intento saltar ante la impotencia, abalanzo mi cuerpo hacía los recuerdos que me son arrebatados. La risa profunda y jóven del demonio retumba en mis oídos como un exasperante recuerdo de que no estoy solo. -Salta, salta más alto. Me digo a mi mismo, y cuando lo logro, cuando mis finos y delgados dedos logran alcanzarlo, sólo traspasan mi preciado recuerdo. Caigo de espalda, los segundos justo ahora son tan largos, mientras observo como me son arrebatados, más y más. Al final, sólo puedo ver aquellos ojos violetas, que logran fusionarse con un hermoso y atrayente rojo, viéndome con burla. No me despiertes, no quiero olvidar a Oda... Me pido a mí mismo aún sabiendo lo inútil que es. Entonces despierto, totalmente en blanco y con la agobiante sensación de olvido. Una acción que sólo pedí por el abrumador vacío comienza a pesar e inevitablemente, termino soltando lágrimas al ya no recordar... ¿Qué quería recuperar?All Rights Reserved
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