De Sade a la reina hormiga: el miedo a la carne

En la década de 1980, la literatura y el cine de terror se entregaron a la renovación estética y temática que supuso la "nueva carne", apostando por la exploración de un viejo miedo: el que es capaz de despertar el propio cuerpo. Terminaba así el dominio del terror científico/espacial, dejando su lugar a las viscerales y sexualmente desafiantes propuestas cinematográficas y literarias de David Cronenberg y Clive Barker como principales abanderados de este movimiento. Pero en un mundo post freudiano, heredero de Nietzsche, del antropocentrismo y del ateísmo, ¿por qué resultó tan aterrador el choque con nuestra propia carne? Es evidente que la contemplación del cuerpo, del propio y del ajeno, sigue despertando miedos profundos en las sociedades de nuestro tiempo. Pero, ¿acaso siempre fue así? ¿Cómo pasamos de las lecciones de exaltación de la carne del marqués de Sade, entre los siglos XVIII y XIX, al pánico que siguen despertando en el presente fenómenos tan naturales como la menstruación o la aparición de granos en nuestra piel?