Perceia Jackson solo sabía tres cosas con seguridad. La primera, era que tenía 6 años. La segunda, era que era huérfana. Y la tercera, era que comenzaría a entrenar para convertirse en una kunoichi al día siguiente. Todo muy normal, incluso la parte de huérfana no era tan raro en Konoha pues después del ataque del Kyūbi había muchos niños en su misma situación. El problema comenzaba en la noche, cuando caía por un abismo de sueños de una vida diferente, llena de dioses griegos, monstruos y personas que ni estaba segura si existían.