"Entre otras cosas."

Alivio. Eso es lo que necesitaba. ¿Cómo conseguirlo con tantas cosas en la mente? Fácil. Simplemente debías olvidarte de eso con otras cosas. Podrían haber muchísimas maneras de hacerlo, pero simplemente prefieres hacerlo tal y como lo hace todo el mundo: daño.

El daño era la clave al poder olvidarte a ese tipo de problemas, sentirte a gusto contigo misma.

Iba bien. Relajaba. Y eso era lo que importaba. Importaba dar una imagen a los demás mintiendo sobre la que tienes dentro. Escondías ese daño. Lo guardabas. No querías que nadie lo viera. Era un secreto. Y ese secreto debía permanecer guardado eternamente.

Acababa gustándote. No parabas de hacerte ese daño, era tu única manera de ser "feliz". Porque no lo eras. Y lo sabías.

No querías estar sola. No querías que nadie te dejara de lado a causa de esos problemas. Y era lo más probable. Lo que haría la gente "normal".

Pero a las personas que realmente les importabas estaban ahí, haciendo que tuvieras otros hobbies que no ése.