Amanda es consciente que las personas pueden tener dobles caras, y lo aceptaba, sin embargo nunca pensó que se enfrentaría a personas sin escrúpulos que son capaz de hacer lo que sea para saciar su ambición. Vivir con sus padrinos para ella fue una bendición, pero con el tiempo y las circunstancias la harán percibir que lo peor que pudo pasarle fue entrar en una cueva de lobos que se disfrazaban de ovejas. Todo comenzó con un viaje.