- Por fin ha llegado el día por el cuál has sido preparada toda tu vida hija - Sonrió mi padre con luz de esperanza en sus ojos - Verás que no es tan malo después de todo, te terminarás acostumbrando - Por supuesto que mi padre estaba feliz, después de todo faltaban un par de años para que la empresa de mi padre quebrara y tuviera que anunciarse en bancarrota. Sin embargo tampoco le daba importancia el tenerme que casar con alguien que solo he visto un par de veces y que ni siquiera era de mi nacionalidad, al fin de cuentas mis padres me prepararon para esto desde que era chiquita.