Deben de existir personas que lucharían por lo que tengo o lo considerarían un don, algo maravilloso que tengo la suerte de poseer. Puedo asegurar que no es así, observo la muerte, repetidas veces antes de que ocurra y no lo puedo detener. Me siento culpable, nada de lo que haga puede cambiarlo, tarde o temprano termina ocurriendo. Soy expectante del dolor de aquellas personas, los gritos me agobian, su silencio me desespera, pero lo más doloroso es verlos rendirse, cuando dejan de luchar... porque nada es peor que renunciar a nuestra vida y darle el poder a la muerte de arrebatárnosla. ¿Se detendrán estas pesadillas? ¿Yo soy la causante de sus muertes?