Querida Argentina, Veo hacia donde vas y no puedo evitar que una lágrima escape de mis ojos o que mi sangre corra con ira hacia quienes te lastiman. Vos no te das cuenta, pero sos vos quien esta cimentando su propia jaula. Quiero salvarte, pero a la vez sos víctima y artífice. Aunque me cueste, elijo creer que todavía hay una esperanza y, puesto que me empeño en ver como solucionar los problemas y no quedarme en un conformismo y puesto que ningún mal jamás a durado para siempre, decido escribir este libro con el propósito de encontrar la manera de salvarte, antes que sea muy tarde y el daño sea permanente.All Rights Reserved
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