La caja de Pandora, la guerra de Troya, el vellocino de oro, Orfeo, o incluso el matrimonio de Peleo y Thetis. La mitología griega está llena de hechos heroicos más sorprendentes que los cotidianos. Quimeras, cíclopes, centauros o incluso semidioses, todos viajan por el mundo con la máxima discreción, y son testigos de las buenas relaciones entre humanos y otras criaturas sobrenaturales. En 1939, la mayor guerra comenzaba. Hubo una lucha constante entre dos bandos, y uno de ellos buscaba la hegemonía mundial. Cada campo tenía héroes a su servicio: semidioses. No es de extrañar que los dioses hayan cedido cobardemente a la belleza de los mortales en más de... ¿millones de ocasiones? Las leyendas todavía cuentan que un dios habría tenido una hija, una hija que habría escondido para permitirle vivir una vida normal lejos de la lucha (o, al menos, lo máximo posible) ¿Y si ella fuera la clave que permitiría a un bando u otro derrotar y aplastar al enemigo?