Estados Unidos Louisiana Año 1940 Bien dicen que las promesas son ligeras, y que como a las hojas, se las lleva el viento. Era viernes y era Otoño cuando juraste que siempre, pase lo que pase, volverias a mi lado. Mi corazón te creyó. ¡Dios librara a ese tonto enamorado de no creerte! Pero olvidamos que Otoño era la estación en la que más batía el viento, y que el número trece nunca fue sinónimo de buena suerte. A mi príncipe amado: Quiero que sepas que el viento me ha empujado A 13 Otoños de ti.
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