Descarada adaptación de 'No oyes ladrar los perros' de Juan Rulfo. Cada paso es más pesado, cada paso duele más, su vista se vuelve borrosa y sus piernas amenazan con rendirse. Pero en lo único en que Sehun puede pensar es en ese cuerpo que carga en su espalda y en aquellas lágrimas que caen sobre sus hombros.