La vida a veces es dura.
Se siente como una noche lluviosa, dónde las olas chocan ferozmente contra las costas.
Pero, es sabido que después de la tormenta, llega la calma.
O en este caso, la música, los amigos, la familia y lo más importante las ganas de vivir.
Dos personas de distintos mundos se encuentran por casualidad, no son llamativos en sus grupos ni nada por el estilo. Pero, entre ellos notan algo especial.
La vida le da alegría finalmente a una niña la cual encuentra nuevos amigos, nueva familia y un nuevo amor el cual parece imposible.
El ritmo que las personas traen a su vida, va en aumento haciendo que se llene de emoción.
Pero, ese chicos de ojos azules, hace que tenga una sensación nunca antes oída.
...Bajos, altos, medios...
Oh... La melodía perfecta.
Lilith nunca pidió un escenario, pero nació con una voz que lo merecía. Hija de una madre ausente y un padre que un día decidió dejar de intentarlo, termina bajo el techo de Ana, su madre biológica, justo cuando su mundo empieza a tambalearse. Con una guitarra al hombro y una identidad en constante reinvención, Lilith no busca encajar, solo respirar.
Al llegar a una nueva vida junto a Victoria -la mejor amiga de Ana- y su familia poco convencional, conoce a Dee, un chico con los sentimientos enredados y una historia propia que aún no ha aprendido a contar. Él la ve como una amiga más... hasta que deja de hacerlo.
Entre canciones, silencios incómodos y descubrimientos que arden, esta historia narra el proceso de sanar, amar sin permiso, y encontrar la melodía propia en un mundo que a veces desafina.