¿Alguna vez has sentido esa extraña sensación? Esa sensación de estar en espera de algo, o más bien, ¿de alguien?, como saber que es lo que te falta, si ni siquiera sabes lo que quieres...
Pues exactamente eso pasaba a diario por la mente de Megan, una joven normal, con una vida aparentemente normal. A sus diecisiete años asistía al colegio más costoso y prestigiado de Ottawa, Canadá; el colegio High Smiller Soon.
Era una chica bastante reservada, y el mejor promedio de su instituto, por lo cual sólo tenía dos amigos; Ryan y Macallan, ambos siempre la hacían salir de su pequeña zona de confort.
Todo iba bien, hasta que en el regreso de las vacaciones de verano, llegó un nuevo integrante al colegio; Tayson, el típico chico rico y popular, creído y mujeriego, pero es que nadie se había tomado el tiempo en conocerlo, o tal vez a él no le interesaba cambiar la percepción que todo mundo tenía de él. Era hijo del director.
Como seguro deben de estar suponiendo, creen que a la única que le cambiará la vida es a Megan, pero se equivocan, porque Tayson ni si quiera se imaginaba lo que iba a pasar después de aceptar esa apuesta, apuesta en la que no sólo apostó conquistar a una chica, sino también, su destino... y su corazón.
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?