Una mañana de mayo, había por fin tomado la decisión de empezar a escribir, de escribir cosas realistas y crueles, por qué a qué le duele la realidad o la crueldad, es que realmente esa persona no ha empezado a vivir, había empezado a escribir por qué estaba cansado, harto, dolido, sin ganas de nada y con unas ganas horribles de llorar sin fin, lo había perdido todo tantas veces que ya daba por hecho de que jamás iba a tener nada, y cada mañana me daba cuenta de que ese hecho se hacía más real, para tener la poca edad que tenía habían pasado tantas tormentas en mi vida que era inevitable terminar en este estado, vacío, triste y solo, vacío; por qué por más que lo tratase nada me llenaba, nada me hacía sentir vivo, nada me hacía feliz, triste; por qué me había vuelto adicto a la soledad, al dolor a la melancolía por qué al igual que grandes filósofo y escritores de la historia, me había dado cuenta que el verdadero maestro en la vida era el dolor, Solo; solo por qué gracias a mí forma de pensar no conseguía congeniar con nadie, las personas mienten por Naturaleza, son actores de su propia desdichada y siempre culpan al ser más secano de su propia destrucción, era simple con tan solo 19 Años de vida había perdido la cuenta de las veces que había muerto, pero el final estaba muy lejos de llegar y aún me faltaban muchas muertes por vivir
Lady Mildred Hess, pensaba que el amor de su vida pronto regresaría para casarse con ella; sin embargo, con un desahucio para abandonar la propiedad familiar después de la muerte de su padre, su vida ya no se tratará de esperar, sino de actuar por el bien de sus hermanas.
Daniel Cooper, conde de Cholmondeley, nuevo dueño de Autum Hall, quería tomar posesión de aquel lugar para dedicarlo a ser una residencia solariega para sus diversiones de libertino; no obstante, la aparición de una de sus residentes lo lleva a hacer una promesa a cambio del sacrificio de la joven.
¿Mildred esperará por una ilusión o terminará cediendo ante sus deseos prohibidos por Daniel?