Tal como el fénix renacía de sus cenizas tras incendiarse por completo, él lo hizo. Touya murió y de sus cenizas Dabi nació pero, aun bajo esos lagrimales dañados y sonrisa cínica, algún día hubo un niño que sonreía al ver las películas de All Might junto a sus hermanos, dentro de ese carbonizado pecho, alguna vez un corazón latió al ritmo de golpeteos en clave morse y experimentó el calor a través de una pequeña mano en vez de sus ardientes flamas azules. Un día, creyó que podría estar por siempre con ese niño de bonita sonrisa y preciosas alas rojas. Solo esperaba, poder volver a ver a su lado los fuegos artificiales de Tanabata.
1 part