Debería empezar por presentarme, pero ni quiero ni lo veo necesario.
Lo haré rápido y simple, aquí puedes llamarme Molly. Soy bastante más joven de lo que parezco, pero eso para mi, y sobretodo aquí, no importa.
Desde el minuto uno debes saber: soy igual que tu, sufro, escucho, sangro, lloro, y la cago. Sobretodo la cago. Es un don.
No puedo garantizarte diversión, y mucho menos cordura, no puedo garantizarte que me leas y consiga yo removerte algo por dentro, aunque una de mis intenciones sea esa.
Todo lo que escriba aquí, cada palabra, cada frase, cada personaje, todo es real. Pero ojo, real para mi, que llevo conviviendo con los mismos demonios, todos solo mios, desde la cuna. Real para una persona que no sabe distinguir ya entre lo bueno y lo malo, entre lo real de verdad, y lo irreal maquillado de verdad hasta creérmelo todo. Aquí todo es real y jamás se demostrara lo contrario.
Esto no es una novela, no es un libro de instrucciones ni mucho menos lo llamaría poesía.
Esto soy yo ardiendo.