En un poblado que pretende alcanzar la aceptación de Dios, se desatan todo tipo de culpas. Con el afán de no ser olvidados y malditos, los lugareños emplean un sistema de gobierno dictatorial, discriminatorio y jerárquico que solo traerá aún más pesadez para los fieles que han entregado absolutamente todo. Se sumergen en la contradicción, la mentira, la corrupción y la pérdida de la racionalidad en el intento de alcanzar el amor de Dios. La historicidad es considerada por dos personas completamente ajenas, pero irremediablemente conectadas por la observación y las profundas charlas que desenmascaran hasta el vestigio más profundo de sus almas. Por un poco de redención, ¿qué están dispuestos a hacer?