Alessio Bonavitte, ese fue el nombre que le había dado el hombre que lo crió, no conocía otro, todos le decían Essio. Su padre, o al menos el que lo había criado, fue pobre toda su vida, así que a él también le había tocado vivir de los restos, de un bajo salario y de trabajar a costa de su propia felicidad.
Esta no es una novela de sueños, ni de amor, ni de esperanza. Es una novela de Mafia, pero sobre todo, una novela de honor.
Essio no había llegado solo al mundo, tuvo un hermano, Alberti Bonnavite, al igual que él, era el único nombre que conocían. Berti si era hijo de padre y madre de el hombre que crió a Essio. Pero su vida fue tan corta que duró tan solo 7 años, y ahí fue donde Essio lo supo.
Tutti colpevoli, nessuno colpevole.
Esa frase, ese sonido en la voz de un hombre, era lo que no lo dejaría dormir nunca más. Esa era su única pista. Ese era su único camino.
Otra vez...otra vez fui asesinado, ¿cuántas veces mori? creo que fueron tres... supongo que la tercera es la vencida, siendo honestos llegue más lejos de lo que esperaba...se supone que debí morir hace meses pero aquí estoy, peleando contra el rey de las maldiciones, el ser más desgraciado de la historia, ahora estoy cumpliendo mi destino... morir joven, por lo menos ayude a los que pude...me hubiera gustado salvar a mis amigos...me defraude a mi mismo, pero ya no importa, ahora todo se ha acabado, tan solo tengo que cerrar los ojos...