Alessio Bonavitte, ese fue el nombre que le había dado el hombre que lo crió, no conocía otro, todos le decían Essio. Su padre, o al menos el que lo había criado, fue pobre toda su vida, así que a él también le había tocado vivir de los restos, de un bajo salario y de trabajar a costa de su propia felicidad.
Esta no es una novela de sueños, ni de amor, ni de esperanza. Es una novela de Mafia, pero sobre todo, una novela de honor.
Essio no había llegado solo al mundo, tuvo un hermano, Alberti Bonnavite, al igual que él, era el único nombre que conocían. Berti si era hijo de padre y madre de el hombre que crió a Essio. Pero su vida fue tan corta que duró tan solo 7 años, y ahí fue donde Essio lo supo.
Tutti colpevoli, nessuno colpevole.
Esa frase, ese sonido en la voz de un hombre, era lo que no lo dejaría dormir nunca más. Esa era su única pista. Ese era su único camino.
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará su vida para siempre cuando conoce al comandante Maximilian Hofmann; el prometido de la mejor amiga de Jana, por más que intenten evitarlo la atracción se vuelve cada vez más insoportable entre ellos, mientras se embarcan en una peligrosa expedición que los hará vivir una aventura llena de mentiras, secretos y erotismo. ¿Logrará Jana evitar mezclar sus sentimientos y su deseo?