Sabía que estaba mal, no era adecuado, y debía aceptarlo. Con un amor imposible que trataba de dejar ir, y tres pretendientes a los que no podía ignorar, la vida de Lan Sizhui se había vuelto caótica y exasperante. Después del regreso de Wei Wuxian y el inicio de la relación de este con HanGuang-Jun, debía aceptar que era una suerte de hijo adoptivo para ellos, y debía ser feliz con eso, después de todo, ¿quién no quisiera ser tan cercano a dos de los hombres más fuertes del mundo de la cultivación? Si contar que tenía tres grandes amigos, que de un momento a otro pasaron a ser sus pretendientes, ¿quién no quiere ser cortejado por jóvenes apuestos y nobles? Además, era el discípulo principal de uno de los cuatro grandes clanes, ¿quién no quiere ser así de talentoso? En otras palabras, ¿quién no quiere ser Lan Sizhui? Bueno, la única persona que no quiere estar en sus zapatos, es probablemente es él mismo.
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