Si han de parpadear, háganlo ahora. Presten atención a todo lo que haga o escuches, no importa lo inusual que parezca. Y quedan advertidos. Si divagan, si apartan la mirada, si olvidan el mínimo fragmento de lo que les diga, aunque sea un instante, nuestros héroes con certeza perecerán.
Cuenta la leyenda que, en dos lugares distintos, separados por kilómetros de mar y tierra, existieron dos chicos muy peculiares por la época de 1810...
En puebla, un chico de 12 años de origen mestizo con poderes únicos, poderes que le permitieron comunicarse con los muertos y ayudar a almas en pena que aterrorizaban México.
Del otro lado, en la tierra del sol naciente, se encontraba un niño de 11 años. Tenía magia, y lo sabía. Al tocar su shamisen, el papel bailaba a su alrededor, solo era cuestión de imaginar.
Tenían un futuro brillante, acompañados de amigos y familia que harían que todo valiera la pena, pero...
Como toda historia, esta tiene matices negros.
Muchos matices negros.