El único error de Cadence era ser ella misma. Todos a su alrededor la consideraban un ser despreciable, es por eso que justifican cada herida en su piel... Es por eso que justifican las palabras hirientes y obscenas. Sus padres no eran la excepción, es más, constantemente incitaban aquellos crueles actos de violencia en contra de su hija; aceptaban cualquier humillación por miedo al exilio y las falsas consecuencias. Pero todo cambia una fría y confusa madrugada; aquella en la que, tratando de escapar del cruel séquito de Kean, sube a un autobús que la llevará a un nuevo y desconocido mundo.