Desde el momento en que Satou Kazuma llego a este cruel mundo de fantasía. La diosa de la fortuna, Eris, se mantuvo observándolo cuando lo conoció por mera casualidad en el gremio, siendo una testigo de la gran aventura que afrontaría el desafortunado aventurero con su grupo de compañeras. Pero, ¿quién hubiera pensado que ese chico débil lograría tener grandes hazañas en el futuro?