Y allí dentro está la voluntad que no muere. ¿Quién conoce los misterios de la voluntad y su fuerza? Pues Dios no es sino una gran voluntad que penetras las cosas todas por obra de su intensidad. El hambre no se doblega ante los ángeles, ni cede por entero a la muerte, como no sea por la flaqueza de su débil voluntad. (Joseph Glandvill)