¿Cómo parar lo imparable? ¿Cómo olvidar lo inolvidable? ¿Cómo salvarse de ese hijo rojo que te lleva a tu alma gemela? Simplemente, no puedes y yo lo aprendí de la forma que menos me lo hubiera imaginado. Se dice que el amor es duro, el amor es trágico y no siempre para todos es igual. No siempre obtienes lo que esperas, ni vives lo que te has imaginado. El amor te encuentra cuando menos lo buscas y una vez que caes en sus manos, no puedes evitar escapar de él... Incluso cuando te lleva a enamorarte de la persona que menos deberías de haberte enamorado. Cuando conocí a Amelia, nunca pensé que nuestros caminos se entrelazarían de la forma en el que se entrelazaron. La encontré en diferentes momentos de mi vida, pero por alguna razón, fueron en los momentos en los que más lo necesitaba. Nunca me imaginé que ella sería que que me enseñaría el mundo que me perdía, ni la que por primera vez, me enseñaría que es mejor ir a donde te lleve el corazón, en vez de la cabeza. Mi historia con Amelia Ledesma no es que fuera del todo normal, pero ¿qué historia de amor lo es?
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