Aquel chico rubio vivía, con un sentimiento de no saber, no saber que sera, y no saber que hacer. De no estar conforme, como, vivir, no fuera más que una palabra, y los sentimientos en ella se habían esfumado hace mucho, mucho tiempo atrás. Y si bien se sabe por muchas fuentes, no era culpa de sus padres, o de sus compañeros. Solo pierdes el color, y necesitas recuperarlo.
Mientras el castaño, que sabía lo que hacía y tenía su vida planeada, no pensó en que Thomas llegaría a el, y tendría que pintar sobre ese lienzo de color blanco con todo los colores que el despachaba, con el tiempo, y solo con el tiempo, sabremos si esta historia es para amar o reparar.