La Entrevista
  • ЧИТАТЕЛЕЙ 190
  • Всего голосов 17
  • Части 3
  • ЧИТАТЕЛЕЙ 190
  • Всего голосов 17
  • Части 3
Текущие, впервые опубликовано сент. 04, 2014
Adam, un chico de veinte años,  con problemas mentales, busca un trabajo que le pueda ayudar a mantenerse a él y a su hermana pero en las entrevistas que le hacen, siempre llega una parte donde se queda estancado, ve una caja roja pero cuando la va a abrir sufre un ataque epiléptico. ¿Cuando podrá Adam saber que es esa caja?
Все права защищены
Подпишись, чтобы добавить La Entrevista в свою библиотеку и получать обновления
или
Руководство по содержанию публикаций
Вам также может понравиться
In their eyes от Hanna_leon
12 Части Текущие
Yo, el Dr. Samuel Ashford, psicólogo infantil, había pasado más de una década ayudando a pequeños que se debatían entre los oscuros laberintos de sus mentes. Pero nunca había sido testigo de algo como esto. La ciudad de Hollowbrook, con sus calles estrechas y sus casas de techos bajos, siempre había sido un lugar tranquilo. Un lugar donde nada fuera de lo común ocurría. O al menos, eso pensaba hasta que el teléfono de la clínica sonó esa mañana. Una llamada que cambiaría mi vida para siempre. Un niño de siete años, Noah, había llegado al consultorio con una historia que parecía salida de una película de terror. Decía que su amigo imaginario, un hombre alto y extraño, le hablaba en la oscuridad de su habitación. Describía al hombre con tanto detalle que era imposible no visualizarlo: una figura delgada, de ojos oscuros y sin rostro, que lo observaba desde las sombras. El niño hablaba con tal convicción, con una calma que sólo un adulto podría tener al contar una experiencia real, que me hizo cuestionar mis propios prejuicios. "Él me dijo que me protegería, pero sólo si hago lo que me pide", dijo Noah, con los ojos tan vacíos como si no fuera un niño de siete años, sino un hombre atrapado en la tormenta de su propia mente. Mis noches se llenaron de insomnio, mi mente dando vueltas, tratando de conectar los puntos, buscando una razón lógica. Pero cuanto más investigaba, más me adentraba en algo que parecía escapar de la razón misma. Los padres de los niños, desesperados, comenzaron a reportar comportamientos extraños, ataques violentos, y una creciente sensación de inquietud en sus hogares. El aire estaba cargado de algo que no podía identificar, una tensión palpable que me dejaba con una sensación de náusea. La pregunta no era cómo tratar este caso, sino si era posible detener lo que ya había comenzado.
La Caja Roja. от Neritza_06moya
29 Части Завершенная история
La lluvia caía con fuerza sobre la ciudad, empapando las calles desiertas y oscureciendo aún más la lúgubre atmósfera de aquella noche. El pequeño pueblo de Ravenshore dormía en silencio, pero en un oscuro callejón, la muerte volvía a reclamar su espacio. El detective Noah Lancaster ajustó su gabardina y se agachó frente al cadáver. Otro chico. Otra víctima. Y la misma marca de siempre: Una pequeña caja roja, meticulosamente colocada sobre el pecho del muerto. Al abrirla, como era de esperar, no contenía nada. Había llegado a Ravenshore hacía apenas unas semanas, decidido a resolver el caso que su hermano nunca pudo cerrar. Había crecido con historias sobre el asesino de la caja roja, el mismo que había llevado a su hermano a la muerte y que ahora, años después, seguía actuando con la misma precisión escalofriante. Las gotas de lluvia resbalaban por su rostro, pero él apenas las sentía. Sabía que el asesino lo estaba observando, que le estaba dejando una nueva pieza del rompecabezas, como si disfrutara del juego. Pero lo que más le inquietaba era la única testigo de aquella noche. A unos metros de la escena, una joven temblaba bajo la luz parpadeante de un farol. Su cabello empapado se pegaba a su rostro, y sus ojos, llenos de terror, miraban fijamente el cuerpo sin vida. Era hermosa, pero en ese momento, solo parecía una sombra a punto de desvanecerse. - ¿Nombre? -pregunte con voz firme. La chica alzó la vista, pero no respondió. Sus labios temblaron, como si incluso pronunciar su propio nombre fuera un riesgo. Di un paso hacia ella, intentando descifrar la desesperación en su mirada. -Si viste algo, necesito que hables -insistí.
Вам также может понравиться
Slide 1 of 10
In their eyes cover
Luchar o morir cover
Arrastrados cover
La Caja Roja. cover
"AFUERA NO ES SEGURO" "EL INICIO DEL FIN DEL MUNDO" cover
El señor Rodger cover
MALEBANE cover
¿Y si fuera cierto? cover
Soledad Inerte. cover
¿Por qué? [Body Swap] cover

In their eyes

12 Части Текущие

Yo, el Dr. Samuel Ashford, psicólogo infantil, había pasado más de una década ayudando a pequeños que se debatían entre los oscuros laberintos de sus mentes. Pero nunca había sido testigo de algo como esto. La ciudad de Hollowbrook, con sus calles estrechas y sus casas de techos bajos, siempre había sido un lugar tranquilo. Un lugar donde nada fuera de lo común ocurría. O al menos, eso pensaba hasta que el teléfono de la clínica sonó esa mañana. Una llamada que cambiaría mi vida para siempre. Un niño de siete años, Noah, había llegado al consultorio con una historia que parecía salida de una película de terror. Decía que su amigo imaginario, un hombre alto y extraño, le hablaba en la oscuridad de su habitación. Describía al hombre con tanto detalle que era imposible no visualizarlo: una figura delgada, de ojos oscuros y sin rostro, que lo observaba desde las sombras. El niño hablaba con tal convicción, con una calma que sólo un adulto podría tener al contar una experiencia real, que me hizo cuestionar mis propios prejuicios. "Él me dijo que me protegería, pero sólo si hago lo que me pide", dijo Noah, con los ojos tan vacíos como si no fuera un niño de siete años, sino un hombre atrapado en la tormenta de su propia mente. Mis noches se llenaron de insomnio, mi mente dando vueltas, tratando de conectar los puntos, buscando una razón lógica. Pero cuanto más investigaba, más me adentraba en algo que parecía escapar de la razón misma. Los padres de los niños, desesperados, comenzaron a reportar comportamientos extraños, ataques violentos, y una creciente sensación de inquietud en sus hogares. El aire estaba cargado de algo que no podía identificar, una tensión palpable que me dejaba con una sensación de náusea. La pregunta no era cómo tratar este caso, sino si era posible detener lo que ya había comenzado.