Yo, Teru Mikami, recuerdo mis días como infante al pié de la letra. Todas las humillaciones, burlas y desprecios quedaron grabadas a fuego en mi piel, nadie jamás que hará olvidarlo. Recuerdo que un día de invierno, en medio de una pelea, apareció ella, apostando a todo el mundo que yo ganaría. Como era de esperar, se rieron de ella y, cuando iban a darme el golpe final, la misteriosa chica golpeó a los muchachos con una destreza inhumana. Me salvó, __ me salvó.