¿Y si un chico al que no has visto en tu vida, y que encima es extranjero, te exige que le des lo que más aprecias en este mundo, sin ninguna razón aparente? La gente normal le mandaría a tomar por culo. Y luego estoy yo, que hago lo que dice por un extraño e inoportuno brote psicótico momentáneo. Ya no soy virgen y no pienso dejar que se vaya tal y como a venido, si hace falta me meto en su maleta, me cambió de país o le regaló un gatito que sepa tocar jazz. Pero a mi no me toman el pelo. PROHIBIDA LA COPIA TOTAL O PARCIAL DE ESTA NOVELA.
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