Huí de mi familia, mis orígenes y hasta de mi misma. Jure no volver nunca al infierno del que me costó tanto salir. Sin embargo, nada es como antes; los malos son crueles, los buenos impasibles y yo...lo soy todo y nada. Ni siquiera sé cómo llegue pero se a quien debo culpar, desde el minuto uno que esos ojos grisáceos aparecieron ante mi supe que mi vida se convertiría en una tormenta. Dolor por ambos, Pasión desenfrenada , lujuria ardiente , venganza de sangre , tristeza demacrada y secretos; demasiados secretos que destruyeron cualquier atisbo de esperanza en mi libertad. Si el gris era mi tormenta, el azul será mi condena; y es ahí donde debo elegir entre: "Dejarme destruir por las llamas azules del mismísimo infierno o sacrificarme por todos a una vida de grises tinieblas" Y como quien me conoce sabe que; prefiero una destrucción lenta a un sacrificó eterno, pero por desgracia en esta vida probaré de ambas.