- No me hagas ser rudo nena, ahora dime, ¿por qué estamos aquí Evie? - Escucho el cinturón. El sonido de la hebilla me asusta y a la vez me excita. No se que hacer, prefiero no responder.
- No lo repetiré más. - Su mano se cuela en mi entrada, estoy húmeda, ¿en serio?.
Es verdad que llevo unos 3 años sin sexo, pero de eso a excitarme un tipo que me azota es descabellado. Acaricia mi sexo, suave pero determinado.
- ¡Dime! - Alza la voz y al no tener respuesta mete un dedo. Gimo de la impresión y me tortura moviendo el dedo dentro de mi muy despacio.
Voy a ceder.
-Por grosera, contestona e insolente.
Ahora hazme llegar.
- Que preciosa chica, ¿quieres que te deje acabar? - me susurra al oído, mientras mueve el dedo más rápido y con el pulgar estimula mi clítoris. - Dime Evie.