Puedo soportar cualquier cosa, verte lejos, verte felíz, verte llorar, pero nunca que dejes de amarme. Los recuerdos se marchitan, como tal guitarra con la humedad, como tal rosa que te regalé. Si aún te amo, y te seguiré amando, ahora te pregunto yo: "¿me seguirás amando en la mañana?"